lunes, 27 de septiembre de 2010

Pactos buenos y pactos malos


Recientemente se han anunciado dos pactos legislativos entre el PSOE y el PNV para sacar adelante dos importantes Leyes, la de Presupuestos Generales del Estado para 2011, y la Ley de Economía Sostenible (bajo ese nombre tan ecológico-sugerente se esconde una reedición de las antiguas Leyes de Acompañamiento de la de Presupuestos, es decir, una amalgama de reformas de un montón de leyes, principalmente de las áreas económica y fiscal). La cosa consiste básicamente en que a cambio de los votos del PNV -imprescindibles para que las Leyes salgan adelante-, el Gobierno Central traspasa al país Vasco algunas competencias laborales, y se rumorea que también ambas formaciones pactarían en Ayuntamientos y Diputaciones vascos y vascas (como diría Ibarretxe) tras las elecciones locales de mayo de 2011.

Como es natural, la oposición (dizque el PP) se ha apresurado a criticar los pactos (cosa lógica, son la oposición), pero no con argumentos objetivos sino con los ya típicos "latiguillos" dialécticos de que pactar con nacionalistas en general y con el PNV en particular "rompe España", el Pacto de Toledo de las Pensiones y la "Caja Única de la Seguridad Social", que "es desleal con España", y que "se mercadean competencias a cambio de votos"...

Sin embargo esas críticas, que podrían comprenderse de un partido que nunca pacte con partidos nacionalistas, pierden coherencia y credibilidad en el caso del PP, pues en la historia reciente del país habitualmente ha pactado con partidos nacionalistas cuando necesita esos votos para gobernar, sin reparo alguno (recordemos que en 1996 se pasó en pocos días del "Pujol, enano, habla castellano" a las declaraciones de Aznar de que "yo hablo catalán en la intimidad"); aunque lo suele justificar "por sentido de la gobernabilidad", "para traer cordura al Gobierno", "por sentido común", y porque "es lo que hay que hacer", es decir, "por España"... De hecho Aznar en su primera legislatura 1996-2000 pactó con el PNV y con CiU a cambio de ciertos traspasos de competencias importantes a Euskadi y Cataluña: despliegue total de la Policía Autónoma Catalana, traspasos fiscales al País Vasco, creación de un operador vasco de telecomunicaciones (Euskaltel) y compromiso de ubicar en Barcelona la sede de Retevisión y Amena (empresas privatizadas por Aznar; actuales Orange fijo y móvil), etc. De hecho, son memorables las declaraciones de Arzalluz (PNV) en 1996 tras firmar con el PP los pactos de investidura de Aznar: "He conseguido más en 14 días con Aznar que en 13 años con Felipe González".

Pactar unas transferencias a las CCAA no debería ser algo anormal, pues si los traspasos de competencias están previstos en Leyes vigentes (en la Constitución y en los Estatutos de Autonomía), tampoco habría que rasgarse las vestiduras porque se cumpla la Ley, ¿no? Otra cosa es que se disienta de la estructura territorial del país, que puede que esté "pasada de vueltas" en la descentralización a las CCAA, o criticar que el sistema electoral dificulta las mayorías absolutas y gobiernos estables; pero en ambos casos lo que habrá que promover es la modificación del sistema legal y constitucional vigente, mientras tanto el actual de la Constitución de 1978 es el que hay, y el vigente, por lo que habrá que acatarlo y cumplirlo, ¿no?

Pero ya se sabe, si el pacto lo hace el PP, está muy bien hecho, con sentido de Estado, gobiernan los que saben de esto (para eso han estudiado en colegios de pago), y no se pone en riesgo ni la solidaridad ni la unidad de España, etc., pero si el mismo pacto lo hace el PSOE, se está vendiendo España por un plato de lentejas, no saben lo que hacen, se rompe el país, se roba a manos llenas, etc. La típica doble moral de derechas tan frecuente en este país: el poder ha de ser ejercido por la derecha, que es lo natural, han gobernado toda la vida pues son los que saben lo que hacer en cada momento, y hagan lo que hagan está bien hecho; por el contrario la izquierda, ignorante, corrupta y antipatriota por naturaleza, no debería gobernar nunca...

Como diría Forges: ¡ País !

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viernes, 17 de septiembre de 2010

Coherencia nuclear


Hoy se ha filtrado a la prensa la próxima decisión del Gobiero de instalar el Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en Zarra, un pequeño pueblo valenciano cercano a la central nuclear de Cofrentes. (lo de "temporal" debe ser un eufemismo, pues se prevé que los residuos permanezcan en el ATC décadas o incluso cientos de años; y en otros países hay ya Almacenes Geológicos Profundos -AGP-, es decir, enterrar los residuos para siempre).

Dado que el Ayuntamiento de Zarra se presentó voluntario para albergar las instalaciones, en principio nada habría que objetar, pero el Gobierno de la Generalitat Valenciana (del PP) se ha dado prisa en calificar la decisión del Gobierno de España (del PSOE) como una "agresión a la Comunidad Valenciana" y a adelantar que recurrirá la decisión en los Tribunales.

Sin embargo, choca esa posición cuando el PP y los poderes fácticos y mediáticos afines, en el permanente debate sobre el futuro de la energía nuclear y de sus pros y contras, se declaran reiteradamente "pro-nucleares", es decir, favorables a mantener e incrementar el parque de centrales nucleares por su bajo precio y por la supuesta seguridad de las centrales y de los residuos, frente a las ineficientes y caras energías renovables.

Entonces, ¿a qué vienen esas reticencias a albergar unas instalaciones nucleares en la Comunidad Valenciana -o en otras regiones gobernadas por el PP-? ¿no será que la energía nuclear no es tan ventajosa y segura como se dice y que todos esos poderes fácticos pro-nucleares son favorables a la energía nuclear, pero siempre que esté lejos de sus casas? La postura del PP valenciano, que seguramente respaldará en breve el PP nacional, Intereconomía, la COPE, etc., resulta, cuando menos, incoherente.


Por otra parte, algunos países han optado por un ATC único, otros por un AGP, y otros obligan a las centrales nucleares a construir piscinas de almacenamiento o un almacén en las mismas instalaciones de la central, más baratos y seguros ya que se elimina el riesgo del transporte de los residuos por todo el país y las polémicas políticas sobre la ubicación.

Pero estamos ya en pre-campaña electoral de las elecciones municipales y autonómicas, y todo vale para erosionar al Gobierno y arañar algunos votos... Y en este país hiper-politizado donde las ideologías políticas son más como una militancia en un equipo de futbol y se apoya a tope a los nuestros mientras se odia a muerte a los de enfrente, hagan lo que hagan y digan lo que digan, las incoherencias políticas no suelen castigarse en las urnas, así que...

Permanezcan atentos a sus pantallas.

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